¿Conoces el ayuno intermitente y los ayunos de más duración?

¿Conoces el ayuno intermitente y los ayunos de más duración?

Desde la antigüedad los ayunos han sido considerados como un infalible remedio contra cualquier enfermedad. Se mencionan en las antiguas escrituras esenias y maniqueas, en los Upanishads, en el antiguo y nuevo Testamento… Precisamente un retiro de ayuno de 40 días bajo supervisión y fuera de la ciudad era el requisito que le exigieron a Pitágoras para acceder a la escuela de los Sumos Sacerdotes en Egipto. “El ayuno es necesario para que puedas comprender lo que te vamos a enseñar”, le dijeron. En el Oráculo de Delfos, en los Misterios Órficos y en los Misterios de Eleusis el ayuno también se utilizaba como medio de purificación para así favorecer el acceso a los designios de los dioses.

En el Evangelio Esenio de Paz, Libro I, capítulo VI, que recomienda comer una ó dos veces al día así como no ingerir carne, se menciona cómo curar todas las enfermedades a través del ayuno de todos los alimentos, excepto del agua, durante un período de 7 días. Se debía de realizar al aire libre para estar en contacto con los cuatro elementos, el aire, el agua, la luz del sol y la tierra. Estos manuscritos sugieren “ayunar hasta que los demonios se aparten de vos… Cuando ayunéis buscad el aire fresco de la selva y de los campos… Y cuando todos los demonios, errores e impurezas hayan huido de vuestro cuerpo vuestra sangre será tan pura como la de nuestra madre tierra”.

Ayunar para renovar las células

En 2016 el Dr. Yoshinori Ohsumi, un biólogo celular japonés, recibió el Premio Nobel de Medicina por su descubrimiento de los mecanismos de la autofagia, es decir, el proceso que realizan las células para eliminar sus deshechos. Auto (uno mismo) y Fagia (comer) significan, literalmente, “comerse a uno mismo” o “autodigerirse”. La mayoría de los tejidos de nuestro cuerpo se reciclan y reemplazan sus células con regularidad. Curiosamente, en todos sus estudios el Dr. Oshumi utilizó el ayuno para incitar al cuerpo a descomponer las células tóxicas gracias al aumento del óxido nítrico que se produce durante la restricción de alimentos.

También otro Premio Nobel de Medicina, el bioquímico belga Christian de Duve, fue galardonado en 1974 por descubrir los lisosomas, algo así como el “estómago de las células”. Se trata de unos organelos celulares esféricos que se encargan de la digestión celular, es decir, de consumir los tejidos desgastados o dañados, bacterias, virus y otros desechos que se acumulan en las células. Esta “basura”, con la ayuda de los lilosomas, se recicla y se transforma en nuevas células.

Cuando este mecanismo natural de reciclaje no funciona las células dañadas y sus componentes comienzan a acumularse en el cuerpo. El ayuno es un mecanismo también natural para incitar la autofagia, es decir, activar la descomposición de las células tóxicas.

Existen diferentes tipos de ayuno:

  • Ayuno seco, hídrico y Büchinger: al margen de la duración del ayuno, existen al menos cuatro opciones. La más estricta se conoce como ayuno seco y consiste en no tomar ningún tipo comida ni líquidos (tampoco beber agua); una versión aún más radical, conocida como el ayuno negro, restringe todo contacto con el agua, incluso ducharse o cepillarse los dientes.Las otras dos opciones, más comunes, son el ayuno hídrico (sólo se ingiere agua y/o infusiones) y el tipo Büchinger (incluye el consumo de caldo de verduras y zumos). En estos casos se favorece consumir siempre agua para favorecer el filtrado renal y el equilibrio hidroelectrolítico.
  • Ayunos intermitentes, cortos o reducidos: el más popular es el conocido como protocolo 16/8, ya que consiste en comer sólo durante 8 horas al día mientras que durante las 16 horas restantes sólo se toma agua (ni café, ni té). A menudo el ayuno 16/8 se inicia antes de dormir; gracias a los beneficios experimentados por muchos practicantes se está empezado a considerar como una forma de vida.
  • Ayuno 24/36 horas: consiste en no ingerir alimentos durante 24 y hasta 36 horas. Este tipo de ayuno normalmente se realiza cada 2 semanas y/o una vez al mes. A partir de las 10-14 horas de la restricción voluntaria de alimentos disminuye la concentración de la glucosa, los ácidos grasos y la insulina. También existe la versión del ayuno 5/2, que consiste en realizar 2 días de ayuno de 24 horas en el transcurso de una semana.
  • Retiros de ayuno terapéutico: suelen durar entre 3 días (un fin de semana) hasta 5, 8 y 15 días y se realizan siempre bajo supervisión médica. Es habitual que los retiros de ayuno se realicen en grupo y en la naturaleza; asimismo suelen estar dirigidos por profesionales de la facilitación de grupos e incluyen actividades como senderismo, paseos y excursiones, meditación, silencio, Yoga, Chi-kung, talleres, charlas de alimentación y salud, y terapias complementarias como los masajes relajantes y el craneosacral.

Especialmente en los ayunos terapeúticos se cuida tanto la entrada como la salida del retiro. Es importante iniciar el ayuno tras haber realizado una dieta de desintoxicación y seguir una alimentación vegetariana; además, los días previos al ayuno es aconsejable ingerir exclusivamente frutas y verduras, especialmente el repollo, la alcachofa y la remolacha entre otras. Igualmente lo más recomendable para salir del ayuno es realizar comidas suaves y poco copiosas, que incluyan líquidos nutritivos como zumos o caldos de verduras.

Etapas de un ayuno prolongado

El Dr. Francisco Tomás Verdú, especializado en acompañar retiros de ayuno en grupo, ha contrastado las fases fisiológicas que se experimentan durante un ayuno dependiendo de su duración:

  • Durante las primeras 24/36 horas de ayuno el cuerpo consume o metaboliza principalmente los hidratos de carbono de reserva, en lugar de las grasas y proteínas. Primero consume la glucosa circulante y después las reservas de glucógeno en el hígado y músculos; el organismo continúa nutriéndose de las grasas y proteínas acumuladas.
  • A partir del segundo día de ayuno el organismo comienza a “autodigerirse” metabolizando las grasas acumuladas para transformarlas en cuerpos cetónicos, es decir, en combustible para las neuronas. Algunas sustancias contaminantes (o de desecho) que no pudieron ser eliminadas en su momento se catabolizan aportando energía extra. Esta etapa consiste en una especie de “limpieza de los depósitos” y puede durar hasta los 40 días.
  • A partir de los 40 días de ayuno se produce un consumo grave de proteínas.

“Ayunar es regenerarse”

Según el Dr. Verdú, “ayunar es la fuerza de tu debilidad; es la debilidad que se transforma en fuerza psicológica y estable contacto con tu ser más profundo. Mente y cuerpo se ponen de acuerdo para conocerse y estar a solas, para estar en comunión y así tratar de descubrir la verdadera realidad y adentrarse en el misterio de la vida. Ayunar no supone atormentar o machacar nuestro cuerpo. Ayunar es regenerase, permitir que el organismo descanse para así desintoxicar nuestra sangre y órganos fatigados de los tóxicos que acumulamos”.

Los principales efectos de un retiro de ayuno se producen durante la segunda fase. Algunos de los beneficios más destacados son:

  • Eliminación de toxinas, purificación y limpieza general del cuerpo.
  • Regulación de la tensión arterial.
  • Subida del hierro, la ferritina y la hemoglobina.
  • Mejora de las cefaleas, migrañas, alergias, edemas, inflamación…
  • Mejora de la respiración abdominal.
  • Aumento de la vitalidad.
  • Mejora de los sentidos, en especial la vista y el olfato.
  • Facilidad para conciliar el sueño.
  • Claridad de ideas.

 

Sin embargo y a pesar de estos beneficios el ayuno está contraindicado en los siguientes casos:

  • Personas excesivamente delgadas.
  • Durante el embarazo.
  • Enfermedades infecciosas graves como neumonías, bronquitis infecciosa, edema de glotis, etcétera.
  • Insuficiencia renal de cualquier tipo.
  • Cuando hay una prescripción médica o una operación quirúrgica reciente, así como infartos, embolias cerebrales, enfermedades hepáticas graves, anemias, etcétera.
  • Enfermedades psíquicas.

 

En Ayunarte ofrecemos un cuidado espacio en la naturaleza, en una finca agroecológica en la sierra de Enguera (Valencia), para experimentar los beneficios de un retiro de ayuno en grupo, siempre bajo supervisión médica.

Daya Moya, periodista; profesora de Yoga y Pilates (www.daya.me)

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